Bienestar integral de la mujer

Maternidad en positivo: visión y aprendizaje de una madre-ginecóloga

2 de mayo de 2021
Doctora Radharani Jiménez

Empiezo estas líneas, felicitando a todas las madres que me leen: a mis madres, pues he sido una enorme afortunada al tener varias, y todas maravillosas y distintas, y esa diversidad de pensamiento y de forma de ser, en parte han hecho de mi, quien soy. A todas esas mujeres que a lo largo de mis años de profesión, han confiado en mi para ayudarles a materializar el sueño de ser madres, a todas: gracias infinitas, gracias por depositar en mi su ilusión y sus anhelos, por confiarme lo más íntimo, por ayudarme a crecer en lo personal y en lo profesional y por las sonrisas que me sacan cada vez que veo vuestras fotos en las redes sociales, viendo crecer a vuestros hijos.

La maternidad es una experiencia transformadora en lo más profundo de nuestro ser, y como siempre les explico: todo cambia desde ese mismo instante en el cual te enteras que la prueba de embarazo es positiva. A partir de entonces, se acentúan los temores, las preocupaciones sin motivo, las expectativas hacia la maternidad y la necesidad de cuidar cada detalle e intentar hacerlo perfecto y con eso, la culpa, ayyy la culpa!

Ser madres tiene su luz y su oscuridad, y en medio tantos matices como distintas formas de ver la vida. No todo es momentos felices ni fotos perfectas, hay momentos en los cuales rozamos la locura. Como madres, llegamos a experimentar un amplio abanico de emociones, tan diversos como las situaciones que se nos van presentando y tan necesario para superarlas es saber que no estamos solas, que todas estamos trabajando por la misma causa, con el mismo deseo de criar a nuestros hijos, lo mejor que podemos con los recursos que tenemos y que además de ese gran desafío, tenemos que compaginarlo con ser trabajadoras, deportistas, esposas, mujeres con sueños propios y metas personales que cumplir y  a veces se nos junta todo y es muy fácil sentir que no podemos con tanta carga y en ese momento que estoy segura, todas hemos sentido, es cuando la vida nos impulsa a buscar la manera de aprender y reflexionar sobre la mejor manera en la que podemos sacar lo mejor de nosotras y disfrutar la experiencia de la maternidad.

En estos casi 10 años, he aprendido mucho mas de lo que hubiera imaginado y me he enfrentado a situaciones  de todo tipo, unas más difíciles que otras , pero de todas aprendí.  Muchas veces he llorado, me he desesperado, he sentido que he podido hacerlo mejor, he gritado y después me sentí mal por ello, he sentido miedo por cosas que nunca llegaron a suceder, me he preocupado por problemas imaginarios, me llegué a sentir desbordada y estresada,  he sentido que el tiempo no me alcanzaba para nada, en múltiples ocasiones sentí culpa y todo esto alternado por momentos de profunda alegría, satisfacción y un profundo amor que compensó con creces todo lo anterior, y es que ser madres es una escuela de vida, es un postgrado de cómo mantener la calma en situaciones límite y un doctorado de disfrutar el aquí y el ahora en medio del minimalismo y la simplicidad que sólo los niños tienen la capacidad de transmitir.

Con mucha humildad y con la verdadera intención de ayudarles a transitar este maravilloso camino de una forma serena, amena y humana, comparto con vosotras lo poco o mucho que he llegado a descubrir a través de mis propias experiencias de madre y ginecóloga:

💖Vive tu maternidad según tus propias creencias y las de tu pareja si la hay. Todos van a opinar, todo el mundo te va a tratar de enseñar la forma de hacerlo «bien» y la realidad es que no hay una manera de hacerlo bien, existen muchas maneras y la correcta es con la que tú te sientas bien. Curiosamente recibí las críticas más severas de la forma en la que estaba criando a mis hijos de gente cuya vida no era un referente para mi. Que esas críticas  entren por un oído y  salgan por el otro, vive según tus convicciones porque eso es vivir con coherencia y por ende, paz mental.

💖Disfruta de tu embarazo, vívelo intensamente, disfrutando cada etapa y no en el futuro, ni desde el miedo que te transmitan las experiencias de otras mujeres. Tu historia es única y no tiene por qué ser igual a la de las demás, y estadísticamente la mayoría de los embarazos evolucionan bien y la mayoría de los nacimientos son normales. Si tu médico no te ha informado de ninguna complicación, no la sufras porque no existe, vive en positivo, visualiza un parto feliz. Nuestras mentes sufren más por lo que imaginan que por lo que en realidad sucede y el 91 por ciento de lo que nos preocupa, nunca sucederá. En pocas palabras, sufrimos mucho más de lo que deberíamos. Vive tu embarazo, porque cuando te des cuenta ya habrá pasado y es una etapa única en la vida de una mujer porque aunque tengas varios, cada uno es distinto y  en ocasiones, preocupadas por el mañana, nos perdemos el presente. Envía mensajes y energía positiva a tu bebé desde el primer momento, háblale, ponle música agradable, sonríe, conecta desde el amor, no desde el miedo.

💖Dejemos de juzgarnos entre nosotras, compararnos, hacer críticas destructivas, permitamos que cada quien viva como lo decida. Muchas madres sufren  porque se sienten juzgadas por las decisiones de crianza que han tomado y pienso que ninguna de nosotras somos quienes para cuestionar lo que es mejor.  Intentemos ser más comprensivas entre nosotras, ayudemos y apoyemos , seamos más abiertas y flexibles. Que cada una escoja el tipo de lactancia, la forma de crianza que mejor se adapte a sus creencias y con la que se sienta en armonía, ayuda a hacer de la experiencia de la maternidad, mucho más llevadera y amable.

💖Suelta la culpa…esto es muy importante para vivir plenamente la maternidad. Las mujeres, culturalmente llevamos una carga de culpa muy pesada, no entiendo por qué, pero así lo he visto y personalmente lo he vivido.  Cuando entrenaba para mi primer Maratón, salía a hacer las tiradas largas a horas muy locas para no ausentarme de casa cuando mis hijos me necesitaban, porque eran muy pequeños, tenían 3 años y meses de vida y aún estaba amamantando al pequeño. En ocasiones recorrí las calles solitarias  de Barcelona a las 11 de la noche o a primeras horas del día y luego de 2 horas corriendo, no era mi corazón ni mis piernas los que hacían que parara, sino la culpa, el sentir que hacía yo ahí en lugar de estar con mis hijos, a pesar de tener la bendición de contar con el apoyo total de mi marido, quien siempre me ha apoyado en mis metas personales y profesionales.

Luego con el tiempo descubrí que aquello que he hecho y que tantas cosas positivas le ha aportado a mi vida, era un regalo también para ellos, y que siempre será mejor para toda la familia, seguir haciendo aquello que te hace feliz, que es mejor una madre ausente unas horas que luego vuelve con bienestar para dar, con la mente más fresca y lúcida, con ganas de disfrutar ese tiempo de calidad y que deja plasmado un ejemplo para sus hijos de que en la vida podemos tener espacio para cumplir varios roles. Asi que aunque no sea fácil, deja la culpa de lado y ocúpate de ti misma, ve al gimnasio un rato, ve a  darte un masaje, a hacerte la manicura, ten 10 minutos de relajación. lee un libro que no sea de niños, sal con tus amigas un rato, mantén tu hobbie, tu espacio individual que te permita ser sólo tú. La culpa nos pone en el más bajo nivel de energía, somos responsables por lo que hacemos, no culpables. La culpa no nos ayudará a avanzar, de ahí la importancia de trabajar esas ideas y esos pensamientos limitantes que te llevan a sentir culpa. Tener un espacio para el autocuidado es necesario para la salud física, mental y emocional y tu salud es indispensable para que tus hijos estén bien.

💖Ten una práctica de silencio, eso te ayudará muchísimo a afrontar mejor las situaciones que vamos a vivir. La maternidad, como la vida, es un cambio continuo y cuando pensamos que lo tenemos todo aprendido, llega un nuevo desafío y nos descoloca y frente a todo esto, lo que a mi mejor me ha funcionado es ir acumulando herramientas que me han ayudado a estar más centrada, más presente y más clara. Antes de ser madre, no me sentía capaz de hacer yoga. Lo que yo pensaba era que quería aprovechar el tiempo de entrenamiento al máximo , haciendo actividades de alta intensidad donde sudara mucho y desde mi ignorancia, no entendía como podía ayudarme en mi vida  el hecho de aprender a estar relajada, calmar mi mente y estar en silencio. Siempre he sido muy activa y mi mente no paraba y con todos los cambios que produce ser madre de dos, combinado con un trabajo tan estresante como  era ser obstetra, la falta de sueño y el exceso de responsabilidades, decidí explorar el yoga, encontrando mi «momento chispazo» con una maestra con la que conecté al instante y a la que debo mucho por descubrir ante mí el infinito mundo de beneficios que traería a mi vida, mi despertar espiritual.  La práctica bien enseñada del yoga te lleva a más, a leer y a querer intentar meditar, aprender sobre el mindfullness y sus beneficios para la mente. Así fue como he ido descubriendo la conexión de la mente con todas las enfermedades y el impacto del estrés y todas esas preocupaciones sobre la mente humana y es un camino en el que seguiré aprendiendo y ayudando a descubrir a todas vosotras, pues hace una gran diferencia. En ese momento donde te sientas agobiada, respira, cuenta hasta 5 y retén el aire contando hasta 5, luego espira lentamente contando hasta 5 y hazlo unas 10 veces, verás como poco a poco todo se va calmando y empiezas a pensar con mayor claridad. Es un pequeño ejemplo de como calmando la mente y los incesantes pensamientos, mejora nuestra salud y nuestra disposición a disfrutar de la vida y sus bendiciones, esas que a veces no vemos por exceso de estrés.

💖Se flexible, se amable contigo misma, trátate bien, disculpa tus errores. Todas nos vamos a equivocar muchas veces y aprenderemos a hacerlo mejor . Sabremos que estamos siendo buenas madres cuando veamos a nuestros hijos sonreír, jugar, por el brillo de sus ojos, porque nuestra intuición nos lo diga, porque en ese instante fugaz cuando le abraces, te robará un suspiro y sabrás que todo aquello valió la pena, aquél embarazo tan duro en el que tuviste que estar de baja, los pinchazos que tuviste que pasar durante aquél tratamiento de fertilidad,  aquellas noches sin dormir cuando le salió ese diente, las idas a urgencias a las tres de la mañana, las reuniones en el colegio de donde saliste llorando, el día que esa otra madre te miró tan mal el el parque porque tu hijo empujó al suyo, el día que saliste corriendo de aquél restaurante de lujo porque tu hijo hizo un escándalo, la incertidumbre y lo antiintuitivo de los primeros días de lactancia materna, quedarte despierta para ver si respiraba bien y un largo etcétera de momentos que hemos vivido muchas y entonces un buen día conectaste con tu esencia y te diste cuenta que lo más importante de todo era agradecer por las cosas que de verdad importan e intentar vivir un día a la vez, un momento a la vez, sin miedo a lo que vendrá, soltando el control de aquello donde no lo tienes, confiando en el gran trabajo que haces cada día para hacer de tus hijos, seres de buen corazón que un buen día alzarán sus alas en busca de libertad y de vivir su propia historia y cometer sus propios errores, tal como nosotros lo hemos hecho,  haciendo de la maternidad una experiencia de vida desde el amor y el aprendizaje, en lugar de ser desde la culpa y el miedo.

A todas, gracias infinitas por todo lo que me han enseñado y por vuestra confianza y cariño : feliz día de las madres!❣